No sé necesita ser un genio para observar que en el país nada avanza, que las vías del diálogo y la negociación sensata y productiva se han cerrado y que los pleitos de las élites políticas han ganado una prominencia sin precedentes en la historia reciente del país.
No sólo eso, nos acostumbramos a pensar que el narcotráfico era un problema de Estados Unidos y que en México nunca nos íbamos a ver afectados por el consumo. Finalmente, la hipocresía del gobierno de Estados Unidos que insiste en tratar de tapar el sol con un dedo, desconociendo los altísimos índices de consumo de estupefacientes en su sociedad.
Todo ello se ha combinado para generar las condiciones ideales para la ola de violencia que vive el país. Tanto así que The New York Times ya tomó noticia de la situación y una foto de los casquillos de balas regados en las calles de Nuevo Laredo "adornó" la primera plana del diario este martes.
The blog sees the root of the problem not only in U.S. hypocrisy, but also in the political ineptitude of President Fox, and his inability to steer his country on a straight and consistent course, and to strike political alliances where necessary:
There is much more to read and think about here. Sometimes, in reading about contemporary political and social developments in Mexico, I'm reminded of what used to be written in the 1990s about Yeltsin's Russia, both within Russia and beyond its borders. It's very much to be hoped that after the forthcoming elections Mexico doesn't follow a path similar to the one taken by the present Russian leadership in the wake of Yeltsin's demise.
Más allá del dislate, lo que deja ver es una realidad que han aprovechado las bandas de criminales organizados para hacer de las suyas: es cierto, el congreso ha bloqueado muchas de las propuestas formuladas por el presidente de la República, pero también es cierto que Fox no ha logrado entender que en política, como en muchas otras cosas en la vida, necesita uno ser capaz de establecer compromisos, alianzas.
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